Antes
que todo. Para aquellos, que me han escrito mensajitos privados durante la
última semana: tienen razón, no escribí el post la semana pasada, pues uno es
débil, uno es desleal, uno no piensa en los sentimientos ajenos. Uno es malo y
manipulador. ¡Qué mala soy! Y es que no escribí el post del domingo anterior,
porque el efecto aislador de Cuba ya (re) comenzó en mí. Rico efecto ese, que
hace que se te quite el stress de ver quién lee cada día tus cositas (porque
éstos no son textos, sino cositas), de responder los mensajes (yo no comprendo
cuál es el misterio por el cual todos me escriben privadísimo y nunca público),
además, te olvidas de los mails y olvidándote de los mails, uno se olvida de
las responsabilidades. Por eso, en Cuba, todos somos irresponsables. Y
comenzamos a llevar una vida semi – naïve que, sin mentirles, es deliciosa, sudada,
orgásmica, pantalones mojados. Entonces, por estos días, ando así, muy
divertida yo, bajo este efecto, y me olvidé del blog, del gato, y de Monique no
tanto, porque siempre le (o me) envío besitos. Entonces nada, esa es la
cuestión.
Recién regresé de Varadero, la “Playa” más “Linda”
que ojos “Humanos” han ¿Visto? A mí, la verdad, no me gusta la playa. Solo me
fui para complacer a mi sobrina y a mi madre, que sí les gusta. Entonces yo, durante
los días que estuve allá, me dediqué a reflexionar (nada productivo), montar en
los carros locos (el cual me volvió loca, pues nunca pude sacarlo de la esquina
en donde estaba y todos se burlaron de mí), a jugar bolos (donde, obviamente,
perdí), y a ir a The Beatles y bailar como una irresponsable orgásmica
enajenada. Como aquí todos estamos igual, fue imposible encontrar un sitio
donde cenar y viví las cosas maravillosas de esta isla, que son ir a un café,
un día, y pagar treinta centavos por uno y luego, al otro día, pagar un cuc,
por exactamente, el mismo café, dormir en una casa donde la mujer conoció a su
marido con diecisiete años, mientras él tenía cuarenta y siente. Y que luego de
él abusar de ella durante muchos años, ahora, ella fuerte y él viejo, pues se invirtieron
los papeles, y lo mejor de todo, donde me enteré que en los próximos meses (o
años, pues aquí todo va lento) Varadero, la “Playa” más “Linda” que ojos “Humanos”
han ¿Visto?, estará prohibida para los cubanos, precisamente porque somos unos
irresponsables, deliciosamente sudados y no tenemos derecho a esos privilegios.
Entonces, la cosa será así: en la entrada de la ciudad, estará un policía, dentro de una garita. A
ese oficial, tendré yo que dirigirme y decirle que conozco a alguien que vive
en Varadero. Luego, darle el número de teléfono de la persona. Entonces él
llamará:
-
Sí, dígame
-
Buenos (días) (tardes) (noches), señor/a,
¿usted conoce a A, o conoce a Monique, o
conoce a un gato?
-
Ah sí, sí, son mis amigos. ¿Podría
dejarlos pasar?
-
Bueno, lo pensaré. Ya le informo.
El
policía lo pensará y decidirá si paso, o pasa Monique, o pasa el gato.
Este
más o menos, será el esquema.
Claro,
para los “turistas”, que jamás son irresponsables, nada cambiará. Podrán continuar pasando sin
problema. Los turistas y sus gatos.
A
mí, la verdad, eso me da totalmente igual, pero pienso en una de mis hermanas,
que ama esa playa (su mar azul) y me da lástima con ella… aunque bueno, ahora
está en otro país, así que hay que ver si, cuando venga, será cubana o “turista”.
Sobre eso, sobre ser o no ser turista (es decir, sobre ser o no ser irresponsable),
reflexioné, mientras jugaba a los bolos. Quizás por eso perdí y en veinte
tiros, sólo le di a seis….
Recién
hoy retorné a mi no tan querida pero interesante Habana, donde pensé dedicar
unas horas a reflexionar en torno a los estudios que, próximamente, comenzaré. Pero
fue imposible. Me volví a perder entre el calor y la irresponsabilidad. ¡Pobre
de mí! Ya me lo decía mi esposo: “China, en la Habana te me pierdes”. Es
cierto. Por eso, aquí, la Filosofía no va a avanzar. La filosofía es cosa de
gente seria y responsable, ergo, turistas.
Quizás
logré escribir este post, pues estoy bajo los efectos de un aire acondicionado,
que no me permite sudar y logra que me semi-concentre en algo. También escuchar
Nouvelle Vague ha contribuido.
Todo
esto lo he escrito para contarle a mi hermana, las buenas noticias sobre su
playa azul. Pero a su vez, lo he hecho, con la profundísima ilusión de
justificar la falta de textos de la semana pasada. Tengo que sonar algo
responsable, pues si no, no podré comenzar mi máster en Filosofía. Y peor aún, no
me dejarán entrar a Varadero….
En
fin, gracias por leerme.