Artwork: Kyle Thompson
Yo vivo con miedo. Me
levanto con miedo. Me acuesto con miedo. Cada vez que pongo un pie fuera de
casa, le rezo a las once mil vírgenes para que no me ocurra nada. Pero incluso,
durmiendo, tengo miedo. Porque me duermo pensando y pensando, el santo día me
la paso pensando. Y lo siento como onda expansiva. El miedo. Empiezo por cosas
muy concretas, que luego se van oscureciendo. Miedo a que una cucaracha me
entre en el oído. Miedo a verme deforme. Miedo a que la puerta de mi baño se
abra cuando me estoy duchando. Miedo a que entren a robar a casa. Miedo a que
se me pierda la cédula de identificación. Miedo a que me asalten en la calle.
Miedo a que me rapten. Miedo a no encontrar el camino a la universidad. Miedo a
no encontrar el de regreso. Miedo a que revienten una bomba en el medio del
Zócalo. Miedo a que me dé un ataque alérgico. Miedo a que me escriban,
contándome que le pasó algo a mi familia. Miedo a que intente abrir un pdf, con
un libro que deba leer urgentemente, y no lo logre. Miedo a que se me rompa el
ordenador. Miedo a no entender a Husserl. Miedo a mal interpretar a Zambrano.
Miedo a que el corrector me cambie una palabra, cuando le envío un e-mail a un
profesor. Miedo a no terminar una ponencia. Miedo a no terminar la otra. Y
miedo a no poder escribir reseñas. Miedo a no tener una buena idea. Miedo a que
no se me ocurra nada más que escribir. Miedo a aburrirme mentalmente. Miedo a
que se enreden las cosas. Miedo a dejar atrás mis adoradas superficialidades.
Miedo a quedarme dormida viendo una
buena película. Miedo a volverme imbécil. Asquerosamente imbécil. Miedo a que
llegue la noche y no haya hecho absolutamente nada. Miedo a que eso llegue a
darme igual. Miedo a que por la ventana de mi habitación, deje de correr aire. Y entonces comience a
asfixiarme. A asfixiarme de veras. Y miedo a que en ese momento, no esté
pensando en nada. Miedo a la nada. No me gusta la nada. Me gustan las cosas. Y
que éstas desaparezcan, me aterra.
Y aunque yo intento
serenarme, pensar positivo, sonreír, contar hasta nueve, siempre siento que
tengo a un animal enfrente, que me mira con rabia, con los colmillos afuera.
El miedo es algo que no
logro vomitar.
En fin, gracias por
leerme.
No leí que le tuvieras miedo a la vida, luego, estarás bien. Pásale la manito por la panzita a ese animal, y verás como se le va la bravura. Abrazo carioca
yo igual tengo miedo. todo el tiempo. vivo aterrada.el sin sentido me da escalofríos.