Por
comer una cemita deliciosa. Por levantarse temprano sin nada que hacer. Por
quedar ahogada en la neblina de una sierra. Por sentir el mar. Por ser
revolcada por una ola del Pacífico. Por descansar tumbada en una hamaca. Por
encontrar a alguien querido. Por sentir amor. Y por hacer el amor. Y por
gritarle al amor. Por encontrar un pueblo oscuro y deprimente, llamado
Felicidad. Por estrenar un departamento. Por lo bonito que enciende una lámpara
de hojalata. Por escuchar una canción que recuerda los diecisiete años. Por
contar las horas. Por volverlas a contar. Por despertar sonriendo. Por despertar
abrazada. Por despertar en cinco idiomas. Por tener un blog, un gato y a
Monique. Por ver publicado un texto de una persona muy especial. Por no haber ganado premios en dos meses. Por el
sacrificio. Y lo que dan los sacrificios. Por el mundo, que da muchas vueltas.
Por Julian Assange. Por Dios y las estrellas Pop. Por la lejanía placentera.
Por tener una nevera nueva. Por encontrarte quinientos pesos. Por dormir con
una playera negra. Por fumar cigarros cubanos. Por la ropa que se seca rápido.
Por tener una ducha nueva. Por disfrutar el agua caliente. Por reírte en una
boda ajena. Por cenar esta noche, en la cocina, con alguien muy especial. Por
tener buenos pechos. Por los caballitos de madera. Por levantarse de buen
humor.
Por
no poder, a veces, contar las mejores cosas.
Por
eso, por ocultar las mejores cosas.
En
fin, gracias por leerme.
¿Qué pasa Monique, que estás tan feliz? ¿Te regalaron otro gato?
Pues yo moriría de felicidad si despertara con alguien como tú.
Por tener a Monique en mi vida :3.
Por tener a Monique en mi vida :3.
Humm, M, me pregunto cuales son las mejores que no pueden ser contadas...
Te leo