Nos gusta tener la lengua afuera. Nos gusta la comida casi
ácida. Nos gusta pensar en nosotros. Nos gusta perseguir. Nos gustan los
alicates apretando los dedos. Nos gustan las pastillas. Nos gusta, en silencio,
regodearnos de lo que hicimos mal. Nos gusta ver que el agua burbujee y arruine
lo que estamos haciendo. Nos gusta rehacer las cosas. Nos gusta repetir las
cosas. Nos gustan las cosas.
Nos gusta, de vez en cuando, matar un sábado a nuestro
hermano.
En fin, gracias por leerme.
Estás muy atormentadita,muchacha.
Querida Monique. Y luego de esto, qué nos queda? hay algo más allá del gusto y del no gusto?
Magnífico. Fascinante, como todos los demás. Yo también quiero matar a mi hermano y sacar la lengua como un animal.