Por estos días, solo puedo recordar tres cosas:
I: Cuando tomé conciencia del dolor muscular de Cristo en la Cruz. Manos atravesadas por estacas; un pie montado sobre el otro, impidiendo el movimiento de los dedos; cuello torcido; hiperextensión de los brazos.
II: Cuando tomé conciencia de que en mi país no existían los huevos de Pascua. Pasé un día entero buscándolos y buscándolos y jamás aparecieron para mí.
III: Cuando Cristo crucificado y el mismísimo huevo de Pascua tomaron conciencia de que yo no podía comprender las dinámicas de la Semana Santa. Entonces hicieron que por lo menos, mi amiga Monique me regalara un conejo.
Hace tres años.
Una pintura.
Hecha por ella.
En Nueva Zelanda.
Cuando era pequeña.
Y tampoco comprendía muchas cosas.
Pero aun así, ya estaba crucificada.
Qué post tan sencillo pero lindo. Me encanta
Por qué siempre estás tan triste, Monique? Por qué llevas tanto tiempo enojada con todo?
no esta enojada, de hecho es bastante feliz odiandolo todo! Es adorable!
Yo creo que a lo mejor es solo una coraza!!
Pues yo no creo que sea adorable. Me parece alguien con una mente bien oscura y retorcida
Yo creo que tiene el corazón demasiado destrozado. Por eso escribe de puta madre!